La parcela está situada en el núcleo urbano de San Vicente del Raspeig, en un entorno carente de atractivo, por lo que el edificio necesita relacionarse con la plaza tanto para revalorizar el entorno como para demostrar todo su potencial urbano.
Entendemos que el edificio debe aparecer como una pieza singular, con diferentes reglas de juego. Como una declaración de principios el edificio se separa de su vecino y se apropia visual y físicamente del único interés del entorno: la zona verde pública. Con este gesto se intenta revalorizar el entorno de la actuación, que en la actualidad constituye un espacio desértico sin ninguna amabilidad. Nos planteamos desde un principio un elemento que diera calidez a la zona, un espacio donde se produzca una interacción social, una plaza generadora de vida, que sea el reflejo del interior de la biblioteca, con la que conforma un todo. La plaza surge como el primer gesto de la biblioteca, como la primera invitación de la cultura. El espacio público de la plaza se convierte en privado, casi sin darnos cuenta… la plaza entra en el edificio, de la misma manera que el edificio se convierte en plaza.
El edificio se concibe como una envoltura espacial helicoidal que se relaciona con el exterior y crece como una gran rampa. La forma helicoidal recupera la carga simbólica del recorrido ascendente, camino hacia el conocimiento.
El edificio pasa de ser extrovertido en la plaza, a introvertido en las plantas superiores e inferiores, comunicándose sólo con el entorno que no le es hostil, buscando un interior alegre, lleno de luz y de vistas cambiantes e interconexiones entre todos los espacios.
Como un gran aspirador… atrapa al peatón y casi sin darse cuenta lo conduce a su interior.
Es un edificio que se configura mediante un muro y un plano inclinado que nace desde la medianera y gira de forma helicoidal desde el espacio museístico hasta la biblioteca. La hendidura que crea el pliegue del muro con la medianera genera el acceso. Desde el exterior se observa la actividad más pública y participativa del edificio y mediante una plataforma continuación de la plaza, se invita al peatón a entrar. Al pasar junto al edificio, éste te absorbe en una espiral de libros, la luz te acompaña en tu ascenso y a medida que vas penetrando en él te acoge y te protege, los espacios mas urbanos se relajan, se ensimisman y dejan paso a un lugar más íntimo, donde el silencio te atrapa.
El esquema de funcionamiento del edificio sitúa los espacios de uso volcados al vacío central y emplea el muro perimetral, como Gran zócalo de almacenamiento de libros, revistas, puestos informáticos, BOE… etc… discurriendo las circulaciones junto a él, bajo la luz natural de los lucernarios, que jalonan siempre las circulaciones… constituyendo éstas también espacios de uso.
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EMPLAZAMIENTO: Calles Blasco Ibañez, Labradores y Pza Hort. |
LOCALIZACION: San Vicente del Raspeig, Alicante |
ARQUITECTO/S: Jose Vicente Lillo Llopis, Jose Luis Campos Rosique, Daniel Solbes Ponsoda, Francisco Leiva Ivorra, Alicia Parra López, Elena Velasco Roman |
COLABORADORES: David Fuente, Sarah Sperber, María Gadea, Sandra Schneider, Raul Gras, Daniel Cano, Katerina Zemanova, Carlos Company, Iago Pérez |
PROYECTO: Biblioteca pública en San Vicente del Raspeig |
CLIENTE: Ayuntamiento de San Vicente Del Raspeig |