David Frutos | Fotografia de Arquitectura

Martín Lejarraga, arquitecto

Rehabilitación de ‘Casa Dorda’

Casa Dorda: Cartagena y los cartageneros.

La ciudad de Cartagena está llena de cicatrices que se marcan en las capas más o menos profundas de la ciudad (“la ciudad hojaldre”, Carlos García Vázquez) que van sucediéndose a lo largo de la Historia.
Y es entre esas capas y entre las medianeras donde hay que procurar mantener la vida de la ciudad, con operaciones de rehabilitación, de revitalización, de regeneración del tejido urbano residencial, de la vivienda, en definitiva, que es el uso que mantiene y acelera su pulso.

Casa Dorda ha sido y es un edificio emblemático dentro de la trama urbana de Cartagena, localizándose en la calle del Carmen, que es continuación de la calle Mayor y eje principal en el Casco Histórico.

Es un edificio singular, majestuoso, bello, asociado a la obra de un arquitecto importante para la historia de la ciudad de principios de siglo XX, Víctor Beltrí.

Todo el mundo recuerda la casa Dorda por haber ido al médico que tenía la consulta en la primera planta y mirar hacia el patio árabe -“neonazarí”-, con su fuente, sus árboles, sus azulejos,… Todos los cartageneros, de una u otra forma ya han estado allí.

Casa Dorda: La innovación de lo cotidiano.

Citando a George Perec:
”Lo que realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás, ¿dónde está?. Lo que ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente, lo común, lo ordinario, lo infraordinario, el ruido de fondo, lo habitual, ¿cómo dar cuenta de ello, cómo interrogarlo, cómo describirlo?
(PEREC, GEORGE; Los Infraordinario; Ed. Impedimenta; Madrid 2008; 128 págs)

La intervención/innovación que planteamos no resulta del uso de una tecnología avanzada o de materiales experimentales, sino del concepto de recuperación de lo cotidiano, el costumbrismo (en su acepción más estricta refiriéndose a obras de pictóricas o literarias “atención que se presta al retrato de las costumbres típicas de un país o región”), como herramienta del proceso creativo tanto en la fase de ideación como la de construcción.

“Lo cotidiano”, no consiste tanto en rehabilitar/reutilizar un edificio más, sino recuperar la identidad de una ciudad a partir de pequeñas acciones dentro de su tejido urbano, haciendo convivir la Historia pasada con el presente.

Casa Dorda no puede, ni debe ser una pieza de museo.

Casa Dorda tiene que estar recorrida continuamente, para instalarse en el imaginario colectivo de los que acaban de llegar a la ciudad y perdurar así en el tiempo.
Es esta la labor de los arquitectos, la de realizar el inventario de lo cotidiano, más allá de los catálogos BIC de los Planes Generales.

Casa Dorda es de principios del siglo pasado, fruto y reflejo de una época de bonanza: la fachada recargada, los techos suntuosos, los pavimentos decorados, el patio oriental.
Como si de un juguete viejo y roto que aún mantiene su encanto se tratara, hay que coger cada pieza y limpiarla, pulirla y repararla para decidir cómo y dónde volver a colocarla, porque ahora cada pieza del puzle admite más de una posición y modificar su lugar recrea el original y hace posible acercar el edificio al siglo XXI.

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EMPLAZAMIENTO: c/ del Carmen nº 55-57, c/ Jabonerías nº 44,46,48
LOCALIZACION: Cartagena, Murcia
ARQUITECTO/S: Martín Lejarraga
COLABORADORES: Ana Martínez (Arquitecto), Julián Lloret (Delineante), Antonio Pérez (Arquitecto Técnico)
PROYECTO: Rehabilitación de ‘Casa Dorda’
CLIENTE: Sociedad cooperativa limitada de viviendas ‘Casa Dorda’
AREA:8.316 m2
PRESUPUESTO: 3.711.016 €